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Hoy los desaparecidos no se encuentran solos

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    lasdonasfeministas
  • 11 ago 2022
  • 6 Min. de lectura

DE: Edilma Castro

PARA: Hermana Eugenia Angulo

Hoy los desaparecidos no se encuentran solos porque ya no hay miedo ya no hay dolor, no hay tristeza, solo hay recuerdo de ellos porque ellos para nosotros están vivos, porque con ellos aprendimos estrofas que dicen: “vivos se lo llevaron y vivos los queremos”.


(Canción mi Buenaventura)


De mí lo que te puedo contar sobre mi niñez, fue que nací crecí en un barrio llamado San Antonio, la cual hoy por hoy queda la Casa de la Cultura. Por ese lugar pasaba un medio de transporte conocido con el nombre del tren o máquina de carbón, la cual la manejaba un señor y funcionaba a base de carbón que servía de reloj, porque cuando venía de abajo hacia arriba eran las seis de la mañana y cuando hacía al contrario eran las seis de la tarde. En ese lugar donde por donde pasaba la máquina se le llamaba ferrocarril, hoy por hoy el ferrocarril queda fuera de Buenaventura, porque lo sacaron de aquí.


Fui criada por una hermana, porque nuestra madre se fue siendo yo una niña y ella un adolescente, pero a pesar de ser tan joven me enseñó principios y valores, lo cual marcó mi crianza, pues era muy estricta. Diría que era escrita porque no le gustaba que pasara las casas ajenas, me enseñó a respetar las cosas ajenas, a respetar a las personas, a llamarlas por su nombre y a mirar las cosas como se debían de mirar.


Con el correr de la vida, mi hermana se fue para Venezuela a trabajar y con el tiempo tuvo su propio negocio que fue venta de calzado al por mayor, me enseñó su trabajo en Buenaventura la cual tuve mi propio negocio que consistía en venta de calzado, sábanas, toalla y cortinas, la cual aprendí perfectamente a manejar este negocio. Tuve mis vitrinas, tuve mis créditos y con este negocio ayudé en lo económico a mi esposo a llevar la situación de la casa. Entonces vivíamos una vida digna con mis hijos y con mis sobrinos.

Por eso entiendo un poco de comercio y de calidad de precio y de atención al cliente. Después de muchos años salí del lugar donde nací y me crie para ubicarme donde estoy.


Yo ya prácticamente quedé sola en el territorio, entonces me tocó salir. Y rompen ahí la comunidad, se acaba todo porque nos dispersamos.

No salí por voluntad propia, sino porque por un progreso para Buenaventura. Llegó una empresa se llamaba la piski, eran unos hombres que no eran de aquí y como en ese entonces estaba en toda su actividad Puertos de Colombia, venía mucha gente de todas partes y siempre con proyectos. Yo hice resistencia, porque yo me crié allí. Quedamos dos casitas haciendo resistencias y ¿sabe qué hicieron? Nos quitaron la luz, nos quitaron el agua y por la noche nos metieron la retroexcavadora entre las casas, como quedaban en una loma, entonces esta mitad la casa quedó en el aire y estos dos palos quedaron sostenidos en la parte de atrás. Yo ya prácticamente quedé sola en el territorio, ntonces me tocó salir. Y rompen ahí la comunidad, se acaba todo porque nos dispersamos ya, yo me vine para acá a la otra se fue para la independencia este ya ya la familiaridad que había en ese entorno ya no existe.


Por eso nos sacaron de ahí y nos reubicaron donde hoy vivo. Donde vivo actualmente, llevo 44 años de vivir en ese lugar donde encontré a unos vecinos amables, solidarios y, en especial respetuosos y digno de llevar una buena amistad. Y el barrio donde vivo actualmente se llama Alfonso López Pumarejo, comuna 3.


Pero como todo no es felicidad en el barrio tuve mucha tristeza porque de allí me desaparecieron dos seres queridos que hasta hoy los pienso y sufro por ellos. Pero como hay un Dios tan bueno y poderoso, busqué de él y allí había un sacerdote llamado Ricardo Londoño, el cual me ayudó en mi dolor y mi búsqueda y muchas personas se unieron a mi dolor.


Luego se marchó el sacerdote, pero mi lucha continuó porque llegaron unos sacerdotes redentoristas en el año 2007, entre ellos llegó el padre Adriel Ruiz Galván, el cual fue una persona que le dio vida a los desaparecidos y amor conocimiento a todas las personas a todas las personas que estábamos con ese dolor. Poco a poco se fue haciendo obras bonitas, tanto ha hecho que nos hizo un lugar para ellos y a nosotras nos fue llevando hasta hacer de nosotras unas personas dignas, que aprendimos a vivir el duelo en medio de actividades y recreaciones. También a perder el miedo para expresarnos delante cualquier persona.


Al principio era miedo y llanto, pero con el correr del tiempo ese miedo y ese llanto se fue expresando, no, en alegría, pero en consuelo de saber que habían personas que querían escuchar lo que habíamos pasado, querían saber cómo era que estamos viviendo con un dolor tan grande de perder seres queridos

¿Por qué digo que a perder el miedo? Porque con ese dolor que teníamos todas las personas teníamos mucho miedo de hablar, de enfrentarnos, de salir. ¿Pero qué hizo este sacerdote redentorista? Poco a poco no fue trayendo a profesionales, psicólogos para que fuéramos expresando su dolor, nos fue trayendo abogados, no fue trayendo diferentes personas profesionales para hablar con ellos. Al principio era miedo y llanto, pero con el correr del tiempo ese miedo y ese llanto se fue expresando, no, en alegría, pero en consuelo de saber que habían personas que querían escuchar lo que habíamos pasado, querían saber ¿cómo era que estamos viviendo con un dolor tan grande de perder seres queridos? Como fue que perdí yo a dos seres: Alex Mauricio y Olga Lucía que eran madre e hijo; Alex Mauricio fue desmembrado no me entregaron sus restos; Olga Lucía fue desaparecida, no me entregaron sus restos.


Hoy por hoy se sufre, pero no se sufre tanto porque en la Casa Social hay un lugar para ellos, donde reposan unas fotos, donde podemos venir a hablar con ellos, a conversar con ellos en ese lugar que es digno para nosotros y para ellos. No está la persona, pero entonces simbólicamente creemos que está allí y eso pasa en la capilla de la Memoria, simbólicamente nosotros yo sé que Alex él está allí, ahí está su lugar y donde quiera que él esté él está allí. acá uno le da un valor cada foto tiene un valor aquí en esta capilla de la memoria, uno cuando entra uno se echa la bendición, cuando Alex cumplió años yo vine y prendí una veladora, bajé la foto. Ahí está su pantaloneta de él su camándula de él están allí en la canoa. Ahí está el velo de matrimonio de la mamá de él. ¿Qué institución ha venido a a brindarnos esa ayuda, a escucharnos a valorar esos insumos esas cosas que hemos puesto en esa canoa? ¿Qué insitución?: Ninguna.


Hoy por hoy se sufre, pero no se sufre tanto porque en la Casa Social hay un lugar para ellos, donde reposan unas fotos, donde podemos venir a hablar con ellos, a conversar con ellos en ese lugar que es digno para nosotros y para ellos.

Por eso le doy gracias a Dios, después de Dios al padre Adriel Ruiz Galván y a las personas que de una u otra manera se unieron en nuestro dolor, en nuestra lucha por los desaparecidos. Hoy los desaparecidos no se encuentran solos porque ya no hay miedo ya no hay dolor, no hay tristeza, solo hay recuerdo de ellos porque ellos para nosotros están vivos, porque con ellos aprendimos estrofas que dicen: “vivos se lo llevaron y vivos los queremos”. Algún día los podremos encontrar.


Que pues mi resistencia como mujer es luchar es luchar. Porque si yo no lucho no estoy haciendo nada y de qué manera yo lucho tratando de que no nos queremos calladas, que denunciemos que hablemos, pero que sepamos dónde vamos a denunciar.

Entonces todo esto que yo he dicho es un relato de mi vida real, de lo que yo he vivido, de lo que he sufrido y lo que he pasado. Pero con la certeza de que algún día, en un tiempo no muy lejano, Dios hará la obra si es de encontrar a mis seres queridos y si no, donde quiera que ellos se encuentren, todo el lugar es santo para ellos porque Dios bendijo a todo el mundo.


Que pues mi resistencia como mujer es luchar es luchar. Porque si yo no lucho no estoy haciendo nada y de qué manera yo lucho tratando de que no nos queremos calladas, que denunciemos que hablemos, pero que sepamos dónde vamos a denunciar.

 
 
 

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